Podemos tomar como golosinas frutas deshidratadas (que encontraremos con facilidad en nuestro supermercado), pasas y pequeños trocitos de manzana. Debemos tener en cuenta que hay que dosificar sus dosis, pues contienen mucho azúcar y su exceso sería dañino para la chinchilla.
Introduciremos la golosina en la jaula a través de los barrotes. La chinchilla no tardará en acudir dado a su gran glotonería. Tras ellos introduciremos nuestra mano en la jaula con la golosina. Debemos hablarle con calma y procurar que no haya ningún ruido que pueda resultar incómodo pues la chinchilla lo asociaría con nuestra mano. Al día siguiente introduciremos en la puertecita de la jaula una golosina con nuestros dedos. Debemos ser pacientes, pues tarde o temprano nuestra mascota acudirá a nuestros dedos para comer la golosina. No debemos soltarla. Así comprenderá que es nuestra mano la que le proporciona cosas ricas y que por ello no debe tenernos miedo. Además lo asociará con nuestro olor. Podemos aprovechar estos momentos para pronunciar con tono suave el nombre de nuestro amigo, así cuando nos acerquemos a la jaula y lo pronunciemos este lo asociará a la golosina y vendrá gustoso hacia nosotros.
La atracción de la comida es fundamental para la domesticación de la chinchilla. Un truco para que ponga sus patitas sobre nuestras manos es mantener la palma de la mano abierta con una golosina sobre ella, frente la puerta de la jaula. Cómo nuestra chinchilla ya a asociado nuestro olor con cosas sabrosas se acercará a olfatear y así se atreverá a situarse sobre nuestra mano para poder coger el alimento.
Después de este paso y tras repetirlo varias veces debemos dejar que nuestra chinchilla trepe por nuestro cuerpo, si esta ya lo a hecho o se atreve no será problemático. Si no es el caso deberemos sujetarla por la base de la cola con mucho cuidado y situarla sobre nuestro hombro. Entonces le ofreceremos su golosina favorita. Podremos entonces movernos por nuestro hogar con nuestra chinchilla. Nuestra mascota se aclimatará así a nuestro entorno.
La chinchilla, que ya se dejará acariciar, apreciará nuestra compañía ya que somos nosotros quienes le proporcionamos diversión. Cuanto más tiempo pasemos con ella más intensa será la relación que podamos alcanzar con el animal.
Poco a poco la chinchilla sentirá curiosidad por el mundo que está fuera de la jaula y ella sola saldrá de esta para investigar. La chinchilla debe pasear al menos una hora diaria. Recordemos que las puertas y ventanas deben permanecer cerradas mientras nuestra mascota corretea. Son animales muy vitales que necesitan saltar y hacer ejercicio. Siempre debemos hablarles con calma.
Otro aspecto a tener en cuenta son los mordiscos de prueba. Nuestra chinchilla nos dará pequeños mordisquitos para saber si somos comestibles. Las chinchillas prueban cada cosa nueva que encuentran para saber si se puede comer y nosotros no vamos a ser menos. Con el paso del tiempo nuestra chinchilla seguirá dándonos esos mordisquitos. Algunos criadores lo interpretan también como una señal de cariño que el animal manifiesta hacia nosotros.
Es importante saber que cuando una chinchilla proyecta su orina contra algo es porque se siente amenaza. Es una señal de advertencia que muestra el animal por alguna razón. Si nuestra chinchilla reacciona así ante la presencia de nuestra mano es señal de que no está domesticada. No debemos desesperar. Simplemente nuestra mascota necesita más tiempo para adaptarse a su nuevo entorno. Repitamos con más calma el proceso de domesticación. En estos casos podemos untar sobre nuestros nudillos una minúscula gota de miel. Dejar nuestra mano en la jaula siempre cerca de la puertecita. La miel la utilizaremos a modo golosina y nuestra chinchilla no tendrá más remedio que comer de nuestra mano dado que la miel no es algo sólido que se pueda llevar. Una vez que esté domesticada debemos retirar la miel de su dieta, pues es una alimento muy rico en azúcares.