La autora, Maike Röder-Theide en su libro "Chinchillas: sanas y felices" cita : "Las hembras no expulsan a sus hijas adultas y si disponen de suficiente espacio es posible que la abuela, la madre y la hija convivan felizmente con un único macho para todas. Los hijos machos es muy probable que sean expulsados por el padre en cuanto alcancen la madurez sexual" Recomiendo este libro para todos aquellos interesados en estos roedores, aunque he de admitir que la experiencia de cada criador con respecto a otro tiene sus discrepancias.
Ante todo hemos de tener en cuenta que en libertad las chinchillas son animales sociales que establecen vínculos con sus otros congéneres. En la vida doméstica suele ser así. Es común observar como el padre le lleva comida a la madre mientras esta está con sus crías, así como cómo se quitan unas a otras las golosinas de forma amistosa.
Con la experiencia he podido observar como cuando una chinchilla corre hacia el baño de arena, todas las demás la siguen. E incluso hacen por roer juntas una minúscula rama. Es apasionante ver los vínculos que crean unas con otras. Mientras duermen se aprietan entre sí como señal amistosa. Aconsejo que en la jaula se puedan encontrar varios refugios para que también puedan tener intimidad cuando lo deseen. Las chinchillas estarán en plena actividad durante la noche por ello cuanto más escondrijos les ofrezcamos para investigar más felices se encontrarán.


Si mantenemos una pareja tendremos que buscarle nuevo hogar a las futuras crías. Una hembra puede dar a luz hasta tres veces al año y en cada parto puede tener de una a tres crías (a veces cuatro y raramente más)
Para acabar os quiero presentar a mi chinchilla macho Pinki. Es una Pink White Hetero Beige con una mini manchita gris en una pata.
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