Cuando la persona se decide a tener una chinchilla debería siempre partir de la base de la información inicial: ¿Qué comen?, ¿Cuánto viven?, ¿Son animales solitarios?, ¿Cuales son sus cuidados?. La chinchilla es un roedor muy atractivo por su aspecto agradable, su pelaje suave y sus grandes orejas, no obstante debemos siempre tener en cuenta algo muy importante: la chinchilla es un animal salvaje. La chinchilla no es como un bulldog o un pug, que al igual que todos los perros provienen del lobo pero, están modificados con el paso del tiempo para que sean animales más sociables y cariñosos con el ser humano (además del indudable cambio de su aspecto físico.)
La chinchilla "doméstica" es un cruce entre dos tipos de chinchillas encontradas en su hábitat natural: chinchilla lanigera y chinchilla brevicaudata. Ambas especies son muy parecidas lo que hace posible el cruce entre ellas, un ejemplo más sencillo para poder comprender esto sería el cruce entre un pastor alemán y un galgo, ambos animales son perros y por tanto pueden cruzarse. Estos dos tipos de chinchillas de genética prácticamente similar fueron cruzadas dando lugar a lo que llamamos chinchilla "doméstica". Pongo la palabra doméstica entre comillas pues es más bien un animal que lo hemos sacado de su hábitat para traerlo a nuestro hogar.
Para poder conseguir una chinchilla totalmente sociable con el ser humano se han de llevar varios pasos conocidos como "proceso de socialización". Partamos de algo muy sencillo, la chinchilla en estado salvaje vive en el campo y es un roedor, solamente de ahí debemos deducir lo más básico: en su jaula debe haber maderas adecuadas para roer, baldas de madera para descansar y saltar en lugar de plástico, y un sustrato de pellets de madera que deben combinarse con virutas de serrín. Cuanto más "salvaje" sea su jaula más cómoda se sentirá la chinchilla. Esto no quiere decir que debamos dejarla dentro de la jaula y no hacerle caso, la chinchilla requiere de contacto diario de su dueño. Debemos hablarle cuando el animal esté dentro y fuera de la jaula, conseguir que se acostumbre a nuestra voz y olor. Evidentemente nos ayudaremos de golosinas para que el animalito nos coja cariño.
Lo ideal es acostumbrar a las chinchillas a que la hora de su paseo diario sea siempre la misma, de esta manera si por ejemplo acostumbramos a sacarlas de 8 a 10 de la noche de la jaula, a esa hora la chinchilla nos esperará gustosamente para su paseo.
Si nos sentamos en el suelo mientras la chinchilla está suelta está misma acabará explorando nuestro cuerpo y si aprovechamos para darle una golosina nos cogerá cariño. Es cierto que la hora de meter a la chinchilla en la jaula a veces supone un fastidio, pues el animal no quiere entrar o no se deja coger. Lo ideal es que al principio esperemos a que la chinchilla entre en la jaula y en ese momento la cerramos y hacemos un ruido especial seguido de una golosina o comida simple, así asociará ese ruido a la entrada de la jaula que va seguido de algo rico.
Personalmente recomiendo mucha paciencia con las chinchillas pues cada una tiene su propia personalidad.
Post dedicado a la pequeña chinchilla Totoro.
Post dedicado a la pequeña chinchilla Totoro.
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